Hoy 25 de junio ha tenido lugar en la sede de la ONCE (Organización Nacional de Ciegos Españoles) en A Coruña, la celebración de una reunión de orientación sobre la educación superior y las personas con discapacidad, haciendo especial referencia a la discapacidad visual. Por parte del Proyecto CE10, han asistido Paloma Caneiro y Marta García, y en representación de la ONCE, el Delegado Territorial de ONCE Galicia, Manuel Martínez Pan, y la psicóloga María José Losada Martínez, entre otros.
El tema objeto de preocupación para los asistentes se refería a “la inclusión de las personas con discapacidad en las Universidades”. Asimismo, ha sido objeto de debate la orientación preuniversitaria, la cual debe llevarse a cabo de una manera transversal, teniendo en cuenta no solo las salidas profesionales y formativas, especialmente orientadas al colectivo con discapacidad, sino también las adaptaciones curriculares que pueden necesitar estos alumnos. La idea es que se logre prever los recursos humanos, técnicos y materiales que son necesarios, a fin de una efectiva inclusión, desde el primer curso, del alumnado con discapacidad en la universidad.
Tras una larga discusión, se ha llegado a la conclusión de que la orientación preuniversitaria sólo puede tener lugar desde una estrecha colaboración entre las distintas universidades y los centros de educación secundaria y superior. Es especialmente importante, la información que se proporciona a los alumnos con discapacidad en los momentos previos y posteriores de las pruebas de acceso a la Universidad. Todo ello, para evitar que las personas con discapacidad abandonen los estudios con motivo de la sensación de inseguridad que trae una nueva etapa que desconocen, en este caso la universitaria.
La reunión no ha podido concluir de otro modo que resaltando recomendaciones apropiadas y adecuadas para hacer efectivos los derechos de igualdad de oportunidades y no discriminación de los estudiantes universitarios con discapacidad en su paso por las aulas. Entre ellas destacan: La figura de un profesor-tutor que apoye y asista al alumno con discapacidad a lo largo de su trayectoria académica-universitaria, la introducción de nuevas mejoras de accesibilidad en todas las instalaciones de las facultades (verbi gratia: aumento de libros adaptados a una lectura en braille) y en los medios de transporte universitario, y la adecuación de los recursos informáticos universitarios a las nuevas tecnologías de la información que velan por un diseño universal.