La Oficina de Cooperación y Voluntariado de la Universidade da Coruña, en colaboración con la Oficina para la Igualdad de Género y de la Unidad Universitaria de Atención a la Diversidad (ADI) ha organizado hoy 2 de octubre la Jornada sobre Responsabilidad Social y Diversidades en la UDC, en el salón de actos del Campus de Ferrol de la UDC. A la mesa redonda de la sesión vespertina titulada “Experiencias y visiones sobre diversidades en la Universidad”, moderada por Sonia Seijas Ramos (responsable de la ADI), ha sido invitada en calidad de ponente Paloma Caneiro, miembro del Proyecto CE10 y alumna de doctorado de la UDC.
También han formado parte del claustro de ponentes: Isabel Novo Corti (profesora de la facultad de Economía y Empresa de la UDC), que ha expuesto sus análisis y trabajos sobre la discapacidad en la universidad, Menchu Iglesias Rey (Directora territorial FSC Inserta Galicia) que ha hecho su ponencia sobre la integración de las personas con discapacidad en el entorno laboral, e Irene Pegito Pérez (alumna de la UDC becada para la realización de un Proyecto de Conocimiento de la Realidad) que ha explicado su experiencia sobre la situación de los estudiantes con discapacidad en los países subdesarrollados de Iberoamérica.
A continuación resumiremos la ponencia de Paloma Caneiro, nuestra representante de CE10 en la Jornada, que en un primer momento expuso su experiencia sobre sus años de universidad en relación a sus dos carreras y su máster. En su opinión, durante la educación superior una persona con discapacidad se encuentra numerosas barreras. Las universidades colaboran en suavizarlas gracias a normas favorecedoras de la integración. Sin embargo, existe un gran déficit de información para este colectivo tanto en la llegada a la universidad como durante el transcurso de los cursos académicos.
Los pasos que se han dado en la enseñanza universitaria hacia la integración de estudiantes con discapacidad han sido en el buen camino, como que la mayoría de las universidades españolas ya han integrado gabinetes o unidades para prestar información a estos estudiantes con discapacidad. No obstante, la efectiva formación práctica en empresas debe ser el siguiente paso para una integración completa de las personas con cualquier tipo de necesidad educativa especial, pues se trata de una motivación de gran peso a la hora de cursar estudios superiores.
Entre los avances que se han dado en la enseñanza superior hacia una mayor inclusión, se encuentran los siguientes: Mejoras de accesibilidad (en puertas de entrada y acceso al aula, plazas de aparcamiento reservadas a minusválidos, construcción de baños de minusválidos, etc.); aportación de recursos (grabadoras); la introducción de un transporte adaptado; y las ayudas económicas o becas especialmente destinadas a este colectivo.
Para concluir la exposición, Paloma ha querido dejar muy claro que el progreso en la mejora de las condiciones de los estudiantes con necesidades especiales no debe estancarse y hay que considerar nuevas incorporaciones y adaptaciones de cara al futuro. Simplemente solucionando, el ya mencionado, déficit de información que existe antes, durante y después de formar parte de la comunidad universitaria, introduciría una importante mejora cualitativa en la vida de las personas con discapacidad.